CUARTETA
Yo, Carmen, tu mujer, amo tus labios
mentirosos
pues yo soy la más gruesa, la de mejor
salud y la más mentirosa.
BARES
Vivir es alegre -los he oído reír cada vez
más fuerte- y seguían cada vez mas alegres -
la noche se apiada de mí porque no siento
vergüenza.
Y una más pide el más ronco -que traga sin ser
procaz- porque es suave y delicado- adora la
botella como una nalga de mujer-
a grandes sorbos.
Aquél sí es de lo peligrosos: roba mata miente
y es astuto- pero cuando pasa próximo a mi mesa
sus grandes ojos de arañas sedosas se deslizan
como un tigre en mi regazo- Por fin siento
que he viajado-
CAVALCANTI
Si una rosa no alcanzara la plenitud, de tu destreza -Guido-
no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje añorante.
Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella es en su
quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿tu regreso no sería inútil?
Como cualquier locura, viento o blasfemia que mueva a quien
tanto ambiciona.
Puesto que esa mujer no ambiciona sino sueña se ha mantenido
joven en su pobreza.
Y si alguien derramara el vino atento sobre ella y otro la
besara en su coño, qué sería, entonces, si un viajero...
ORACIÓN
Dime tú -elegido entre los más diestros- si aún
conservas el dulce estilo del amor.
Puesto que ha llegado la primavera y veo
que empiezas con alegría a derramar tus
besos, y mi piel está tibia.
Con la misma sustancia y velocidad que
aparecen orquídeas y geranios
tus besos tienen la propiedad de servir
a tus placeres
y a quien va en busca del amor.
Vengan pues fieles a nosotros
placer y amor,
somos aún jóvenes y fuertes.
EN EL OLVIDO
Deja ya Carmen de andar por ahí contando a
todos tus dolores;
con tanta queja a nadie haces bien y el culpable
se vanagloria,
Crece en riqueza y poder.
Dice que hay una tonta ya madura -aunque no
lo parezca- que vierte por él sangre.
Si tu cuerpo no alcanza en otro cuerpo la gloria:
que el sueño te recompense.
A UN ENGREÍDO
Sobre el pedestal, el viento te traerá abajo,
Baco vanidoso.
A UN FUNCIONARIO
Nada hay más transparente que un beso oculto, o más
tierno que un tigre, ni tan suave como el sonido de
la seda en un soneto.
DITE
Sola y enamorada
sin más guía que sus deseos extraviados
coja, confusa, pálida
de frente,
se acusaba de haber sido gentil.
(Declaración de una lujuriosa).
MALA MADERA
Olvidemos ya -Hermes- los tontos celos y los más vanos
reproches... El tiempo es corto y delicioso... Amémonos,
señor, como dios manda.
Estás hecho de mala madera: sirves a la corte y honras a
sus mujeres...Pero, de momento, parece tan suave cedro.
AMOR Y ODIO
De joven fui generosa.
Llené mis arcas con codicia
y también las vacié.
ESENIN
No es ni la muerte ni la luna enfermiza
o aquel abanico de madame Mallarmé, ni mi vieja
sonrisa por un poeta abisinio cuyos ojos ningún
verano o el oro poseyeron...
Ya del amor lo he dicho todo aunque lo espere
y el crepúsculo me acerque peligroso
a la tinta y a la seda,
ese árbol flaco, esa luna arriba, ese sepia...
Todo aquello no es realmente aquello sino otro,
el olvido, que el oficio de escribir pasa a
servir en versos sin manera.