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Luis Hernández - Mercurio o el tiempo que fue (y otros poemas)

Kenneth Patchen - Poemas

E. A. Westphalen - Belleza de una espada clavada en la lengua

Todo orgullo humea la noche

Carmen Ollé

Textos extraídos de libro homónimo publicado
por Lluvia Editores en Lima, en 1988.
Carmen Ollé nació y vive en Lima.

 

 

 

 

 

 

 

 

Amor ha agitado mis entrañas como el
huracán que sacude monte abajo las encinas.

Safo

 

 

 

 

CUARTETA

 

Yo, Carmen, tu mujer, amo tus labios
mentirosos
pues yo soy la más gruesa, la de mejor
salud y la más mentirosa.

 

 

 

 

BARES

 

Vivir es alegre -los he oído reír cada vez
más fuerte- y seguían cada vez mas alegres -
la noche se apiada de mí porque no siento
vergüenza.
Y una más pide el más ronco -que traga sin ser
procaz- porque es suave y delicado- adora la
botella como una nalga de mujer-
a grandes sorbos.
Aquél sí es de lo peligrosos: roba mata miente
y es astuto- pero cuando pasa próximo a mi mesa
sus grandes ojos de arañas sedosas se deslizan
como un tigre en mi regazo- Por fin siento
que he viajado-

 

 

 

 

CAVALCANTI

 

Si una rosa no alcanzara la plenitud, de tu destreza -Guido-
no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje añorante.

Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella es en su
quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿tu regreso no sería inútil?
Como cualquier locura, viento o blasfemia que mueva a quien
tanto ambiciona.
Puesto que esa mujer no ambiciona sino sueña se ha mantenido
joven en su pobreza.
Y si alguien derramara el vino atento sobre ella y otro la
besara en su coño, qué sería, entonces, si un viajero...

 

 

 

 

ORACIÓN

 

Dime tú -elegido entre los más diestros- si aún
conservas el dulce estilo del amor.

Puesto que ha llegado la primavera y veo
que empiezas con alegría a derramar tus
besos, y mi piel está tibia.
Con la misma sustancia y velocidad que
aparecen orquídeas y geranios
tus besos tienen la propiedad de servir
a tus placeres
y a quien va en busca del amor.
Vengan pues fieles a nosotros
placer y amor,
somos aún jóvenes y fuertes.

 

 

 

 

EN EL OLVIDO

 

Deja ya Carmen de andar por ahí contando a
todos tus dolores;
con tanta queja a nadie haces bien y el culpable
se vanagloria,
Crece en riqueza y poder.
Dice que hay una tonta ya madura -aunque no
lo parezca- que vierte por él sangre.

Si tu cuerpo no alcanza en otro cuerpo la gloria:
que el sueño te recompense.

 

 

 

 

A UN ENGREÍDO

 

Sobre el pedestal, el viento te traerá abajo,
Baco vanidoso.

 

 

 

 

A UN FUNCIONARIO

 

Nada hay más transparente que un beso oculto, o más
tierno que un tigre, ni tan suave como el sonido de
la seda en un soneto.

 

 

 

 

DITE

 

Sola y enamorada
sin más guía que sus deseos extraviados
coja, confusa, pálida
de frente,
se acusaba de haber sido gentil.

(Declaración de una lujuriosa).

 

 

 

 

MALA MADERA

 

Olvidemos ya -Hermes- los tontos celos y los más vanos
reproches... El tiempo es corto y delicioso... Amémonos,
señor, como dios manda.

Estás hecho de mala madera: sirves a la corte y honras a
sus mujeres...Pero, de momento, parece tan suave cedro.

 

 

 

 

AMOR Y ODIO

 

De joven fui generosa.
Llené mis arcas con codicia
y también las vacié.

 

 

 

 

ESENIN

 

No es ni la muerte ni la luna enfermiza
o aquel abanico de madame Mallarmé, ni mi vieja
sonrisa por un poeta abisinio cuyos ojos ningún
verano o el oro poseyeron...

Ya del amor lo he dicho todo aunque lo espere
y el crepúsculo me acerque peligroso
a la tinta y a la seda,
ese árbol flaco, esa luna arriba, ese sepia...

Todo aquello no es realmente aquello sino otro,
el olvido, que el oficio de escribir pasa a
servir en versos sin manera.

 

 

 

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