Página de Inicio Comentarios y colaboraciones: cravan_editores@contranatura.org

Índice de la biblioteca

Luis Hernández - Mercurio o el tiempo que fue (y otros poemas)

Kenneth Patchen - Poemas

E. A. Westphalen - Belleza de una espada clavada en la lengua

Belleza de una espada clavada en la lengua

Emilio Adolfo Westphalen

Antología de poemas extraídos de "Belleza de una espada clavada
en la lengua. Poemas 1930-1986" (Ediciones Rikchay, Lima, 1986).
Emilio Adolfo Westphalen nació en 1911 y murió en 2001, en Lima.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

UNA CABEZA HUMANA VIENE...

 

Una cabeza humana viene lenta desde el olvido
Tenso se detiene el aire
Vienen lentas sus miradas
Un lirio trae la noche a cuestas
Cómo pesa el olvido
La noche es extensa
El lirio una cabeza humana que sabe el amor
Más débil no es sino la sombra
Los ojos no niegan
El lirio es alto de antigua angustia
Sonrisa de antigua angustia
Con dispar siniestro con impar
Tus labios saben dibujar una estrella sin equívoco
He vuelto de esa atareada estancia y de una temerosa
Tú no tienes temor
Eres alta de varias angustias
Casi llega al amor tu brazo extendido
Yo tengo una guitarra con sueño de varios siglos
Dolor de manos
Notas truncas que se callaban podían dar al mundo lo que
faltaba
Mi mano se alza más bajo
Coge la última estrella de tu paso y tu silencio
Nada igualaba tu presencia con un silencio olvidado en tu
cabellera
Si hablabas nacía otro silencio
Si callabas el cielo contestaba
Me he hecho recuerdo de hombre para oírte
Recuerdo de muchos hombres
Presencia de fuego para oírte
Detenida la carrera
Atravesados los cuerpos y disminuidos
Pero estás en la gloria de la eterna noche
La lluvia crecía hasta tus labios
No me dices en cuál cielo tienes tu morada
En cuál olvido tu cabeza humana
En cuál amor mi amor de varios siglos
Cuento la noche
Esta vez tus labios se iban con la música
Otra vez la música olvidó los labios
Oye si me esperaras detrás de ese tiempo
Cuando no huyen los lirios
Ni pesa el cuerpo de una muchacha sobre el relente de las horas
Ya me duele tu fatiga de no querer volver
Tú sabías que te iba a ocultar el silencio el temor el tiempo
tu cuerpo
Que te iba a ocultar tu cuerpo
Ya no encuentro tu recuerdo
Otra noche sube por tu silencio
Nada para los ojos
Nada para las manos
Nada para el dolor
Nada para el amor
Por qué te había de ocultar el silencio
Por qué te habían de perder mis manos y mis ojos
Por qué te habían de perder mi amor y mi amor
Otra noche baja por tu silencio

 

 

 

 

NO ES VÁLIDA ESTA SOMBRA

 

No es válida esta sombra
Despertad pequeños ríos
Cuando yo os llevaba en los brazos
Y mirabais con ojos más puros
Me he dado contra mi cuerpo
Qué dura sombra
Mi garra no te alcanza
En esta ausencia quién me ha mordido
Llevo un siglo bajo la sombra
La noche crece y nadie creía que creciera tanto
Nadie oye estos golpes pregunto fuera
Tan hondo como la mina tan hondo como mi cuerpo
Resuena tan fuerte el silencio
Tan tristes estas lágrimas que no han de cruzarse nunca
Me levantaba o es que caía más sombra
Quién creyera que tanta noche encerraran tus ojos
Me ha ahogado esa hondura negrura
Recuerdo un hombre que daba sus pasos
Miraba y había cosas
Pero
Cosas o eran cosas o eran
No recuerdo
Un hombre miraba
Si pudiera partir en dos este sueño
Una parte para el dolor
Otra para encontrar
Aunque fuera una imagen difuminada borrada
De hombre que supiera algo más que dar unos pasos
Que mirar algo que se aleja tanto de ser un árbol
Como un pensamiento que regresa de ser un pensamiento
Se despega una nada tras otra
Crece una nada sobre nada
Y había ríos que se iban en vueltas y derechas
Y había árboles con algo más que ramas y algunas hojas
El sol no hacía en vano su camino
Y tantas risas me dijeron que la luz también nace de sonidos
entrechocados
Pero cómo has vomitado ese mundo
Y ahora si vas a la deriva o si no derivas
Nada alcanzas y una sombra llama a otra
Uno masca nada suena
Masca sombra con sombra da golpes
Me habré perdido en mi cuerpo
Acaso las tinieblas andan de puntillas
Y tú vas en su seno
Toda la noche eran unos puntos inmensos
O eran ojos o eran noches sin estrellas que me sorbían
Apagaban las madrugadas
Me deslumbra tanta noche
La muerte que mira con los ojos de los vivos
Los muertos que hablan con los loros de los vivos
Cuidado no despierten no duerman cuidados

 

 

 

 

ENTRE SURTIDORES EMPINADOS...

 

Entre surtidores empinados para alcanzar la estrella
Chorreaba tu risa la música rebosante de los cielos
Y más grácil que palmera negando el desierto
Siempre hallabas los ríos desolados del hastío
Olvidados gota a gota salpicando el estadio
Allí sol y luna se daban la mano
Para no ser menos y estar conformes
Si tú dijeras estoy contenta
Envolviéndote en tanto olvido
Cuanto cabe en el pico del loro
Junto al ramo de flores estallando del ramo
Madréporas naciendo de orejas
U orejas naciendo de madréporas
Un rayo de sol incubando otro rayo de sol
Y sobre las más altas fuentes
Los velámenes chicoteados la leve prisa
Y si libabas en campánulas salvajes
Si cual los pájaros hacías pininos
Para no caerte de las ramas tan frágiles
Acaso podían competir los surtidores
Más que la espuma de ti misma brotabas
Con el canto del agua para contar los minutos
Y el del ave para encantar los minutos
Y no dejar espacio al tiempo para separar
Las voces y las voces los minutos y los minutos
Deshacerse parecían las olas contra los dientes
Y tantas flautas tantos murmullos de hojas
Desgranándose de los dientes
Y las harpas secretas
Y el eco sobresaltando las ciudades
Desprendiendo las vidrierías
Como racimos de cristal cayendo las campanas
Resonando como el mar el acero de las ciudades
Subiendo a las torres los aros de las niñas
Cayendo de las nubes pianos y laúdes
Madurando los árboles cabezas de sopranos
Arrojando los mares a las playas
Guitarras y sirenas
Y así el himno de la alegría
Y así la niña diosa
Y esta su risa
Como hormiguero cubriendo el mundo
Como música o mar lamiendo acantilados
Como luz hilada de abejas de oro

 

 

 

 

VINISTE A POSARTE...

 

Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo
Gota dulce y pesada como el sol sobre nuestras vidas
Trajiste olor de madera y ternura de tallo inclinándose
Y alto velamen de mar recogiéndose en tu mirada
Trajiste paso leve de alba al irse
Y escandiado incienso de arboledas tremoladas en tus manos
Bajaste de brisa en brisa como una ola asciende los días
Y al fin eras el quedado manantial rodando las flores
O las playas encaminándose a una querella sin motivo
Por decir si tu mano estuvo armoniosa en el tiempo
O si tu corazón era fruta de árbol o de ternura
O el estruendo callado del surtidor
O la voz baja de la dicha negándose y afirmándose
En cada diástole y sístole de permanencia y negación
Viniste a posarte sobre mi copa
Roja estrella y gorgorito completo
Viniste a posarte como la noche llama a las creaturas
O como el brazo termina su círculo y abarca el horario completo
O como la tempestad retira los velos de su frente
Para mirar el mundo y no equivocar sus remos
Al levantar los muros y cenar las cuevas
Has venido y no se me alcanza qué justeza equivocas
Para estarte sin levedad de huida y gravitación de planeta
Orlado de madreselvas en la astrología infantil
Para estarte como la rosa hundida en los mares
O el barco anclado en nuestra conciencia
Para estarte sin dar el alto a los minutos subiendo las jarcias
Y cayéndose siempre antes de tocar el timbre que llama a la
muerte
Para estarte sitiada entre son de harpa y río de escaramuza
Entre serpiente de aura y romero de edades
Entre lengua de solsticio y labios de tardada morosidad
acariciando
Has venido como la muerte ha de llegar a nuestros labios
Con la gozosa trasparencia de los días sin fanal
De los conciertos de hojas de otoño y aves de verano
Con el contento de decir he llegado
Que se ve en la primavera al poner sus primeras manos sobre
las cosas
Y anudar la cabellera de las ciudades
Y dar vía libre a las aguas y canto libre a las bocas
De la muchacha al levantarse y del campo al recogerse
Has venido pesada como el rocío sobre las flores del jarrón
Has venido para borrar tu venida
Estandarte de siglos clavado en nuestro pecho
Has venido nariz de mármol
Has venido ojos de diamante
Has venido labios de oro

 

 

 

 

TE HE SEGUIDO...

 

Te he seguido como nos persiguen los días
Con la seguridad de irlos dejando en el camino
De algún día repartir sus ramas
Por una mañana soleada de poros abiertos
Columpiándose de cuerpo a cuerpo
Te he seguido como a veces perdemos los pies
Para que una nueva aurora encienda nuestros labios
Y ya nada pueda negarse
Y ya todo sea un mundo pequeño rodando las escalinatas
Y ya todo sea una flor doblándose sobre la sangre
Y los remos hundiéndose más en las auras
Para detener el día y no dejarle pasar
Te he seguido como se olvidan los años
Cuando la orilla cambia de parecer a cada golpe de viento
Y el mar sube más alto que el horizonte
Para no dejarme pasar
Te he seguido escondiéndome tras los bosques y las ciudades
Llevando el corazón secreto y el talismán seguro
Marchando sobre cada noche con renacidas ramas
Ofreciéndome a cada ráfaga como la flor se tiende en la onda
O las cabelleras ablandan sus mareas
Perdiendo mis pestañas en el sigilio de las alboradas
Al levantarse los vientos y doblegar los árboles y las torres
Cayéndome de rumor en rumor
Como el día soporta nuestros pasos
Para después levantarme con el báculo del pastor
Y seguir las riadas que separan siempre
La vid que ya va a caer sobre nuestros hombros
Y la llevan cual un junco arrastrado por la corriente
Te he seguido por una sucesión de ocasos
Puestos en el muestrario de las tiendas
Te he seguido ablandándome de muerte
Para que no oyeras mis pasos
Te he seguido borrándome la mirada
Y callándome como el río al acercarse al abrazo
O la luna poniendo sus pies donde no hay respuesta
Y me he callado como si las palabras no me fueran a llenar
la vida
Y ya no me quedara más que ofrecerte
Me he callado porque el silencio pone más cerca los labios
Porque sólo el silencio sabe detener a la muerte en los umbrales
Porque sólo el silencio sabe darse a la muerte sin reservas
Y así te sigo porque sé que más allá no has de pasar
Y en la esfera enrarecida caen los cuerpos por igual
Porque en mí la misma fe has de encontrar
Que hace a la noche seguir sin descanso al día
Ya que alguna vez le ha de coger y no le dejará de los dientes
Ya que alguna vez le ha de estrechar
Como la muerte estrecha a la vida
Te sigo como los fantasmas dejan de serlo
Con el descanso de verte torre de arena
Sensible al menor soplo u oscilación de los planetas
Pero siempre de pie y nunca más lejos
Que al otro lado de la mano

 

 

 

 

HE DEJADO DESCANSAR...

 

He dejado descansar tristemente mi cabeza
En esta sombra que cae del ruido de tus pasos
Vuelta a la otra margen
Grandiosa como la noche para negarte
He dejado mis albas y los árboles arraigados en mi garganta
He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria al bajar las mareas
Algunos ojos extraños sobre las playas
He abandonado mi cuerpo
Como un guante para dejar la mano libre
Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella
No me oyes más leve que las hojas
Porque me he librado de todas las ramas
Y ni el aire me encadena
Ni las aguas pueden contra mi sino
No me oyes venir más fuerte que la noche
Y las puertas que no resisten a mi soplo
Y las ciudades que callan para que no las aperciba
Y el bosque que se abre como una mañana
Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos
Bella ave que has de caer en el paraíso
Ya los telones han caído sobre tu huida
Ya mis brazos han cerrado las murallas
Y las ramas inclinado para impedirte el paso
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda para estar más seguro de alcanzarte
Porque llevas prisa y tiemblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar
Ya que no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llaman con mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo por los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?

 

 

 

 

MUNDO MÁGICO

 

Tengo que darles una noticia negra y definitiva
Todos ustedes se están muriendo
Los muertos la muerte de ojos blancos las muchachas de
ojos rojos
Volviéndose jóvenes las muchachas las madres todos mis
amorcitos
Yo escribía
Dije amorcitos
Digo que escribía una carta
Una carta una carta infame
Pero dije amorcitos
Estoy escribiendo una carta
Otra será escrita mañana
Mañana estarán ustedes muertos
La carta intacta la carta infame también está muerta
Escribo siempre y no olvidaré tus ojos rojos
Tus ojos inmóviles tus ojos rojos
Es todo lo que puedo prometer
Cuando fui a verte tenía un lápiz y escribí sobre tu puerta
Ésta es la casa de las mujeres que se están muriendo
Las mujeres de ojos inmóviles las muchachas de ojos rojos
Mi lápiz era enano y escribía lo que yo quería
Mi lápiz enano mi querido lápiz de ojos blancos
Pero una vez lo llamé el peor lápiz que nunca tuve
No oyó lo que dije no se enteró
Sólo tenía ojos blancos
Luego besé sus ojos blancos y él se convirtió en ella
Y la desposé por sus ojos blancos y tuvimos muchos hijos
Mis hijos o sus hijos
Cada uno tiene un periódico para leer
Los periódicos de la muerte que están muertos
Sólo que ellos no saben leer
No tienen ojos ni rojos ni inmóviles ni blancos
Siempre estoy escribiendo y digo que todos ustedes se están
muriendo
Pero ella es el desasosiego y no tiene ojos rojos
Ojos rojos ojos inmóviles
Bah no la quiero

 

 

 

 

CÉSAR MORO

 

Por un campo de miga de pan se alarga desmesuradamente
una manecilla de reloj
Alternativamente se iluminan o se apagan en ella unos ojos de
cangrejo o serpiente
Al contraluz emerge una humareda de pestañas caladas
Y dispuestas como una torre que simulara una mujer al desvestirse
Otros animales más familiares como el hipopótamo o el elefante
Hallan su camino entre el hueso y la carne
Una red de ojos de medusa impide el tránsito
Por el arenal que se extiende como una mano abandonada
A cada paso una bola de marfil dice si el aire es verde o negro
Si los ojos pesan iguales en una balanza cruzada de cabellos
Y encerrada en un acuario instalado en lo alto de una montaña
Rebalsando a veces y arrojando a veces como una catapulta
Cadáveres rosados o negros o verdes de niños a los ocho extremos
Cadáveres pintados según las cebras o los leopardos
Y que al caer se abren tan hermosamente como una caja de basura
Extendida en medio de un patio de mármol rosado
Atrae a los alacranes y a las serpientes de aire
Que zumban como un molino dedicado al amor

Aparte un hombre de metal llora de cara a una pared
Visible únicamente al estallar cada lágrima

 

 

 

 

CIUDAD ESCONDIDA...

 

Ciudad escondida entre los labios
Ventura o tempestad o torrente
Ciudad igual a una corriente de aire
Entre una hoja de afeitar y una pestaña abandonada

 

 

 

 

EL AMOR HA CAMBIADO...

 

El amor ha cambiado de rostro
De cada uno de los párpados de cera
Pende una pesa de bronce reluciente
Al extremo de un hilo de 50 centímetros
Un imperdible largo como una mano
Está clavado en la nariz formando un ángulo
De 20° con el meridiano de Greenwich
El rostro vuela pesadamente entre el día y la noche
Sin saber con cuál de las medallas quedarse

 

 

 

 

TÉRMINOS DE COMPARACIÓN

 

¿Caminar por la vida como por encima del mar,
Sostenidos por la fe, la desesperanza o la indiferencia?

¿Posarse sobre ríos callados o tumultuosos,
Atraídos por una mirada o una sonrisa?

¿Abrazarse a cuerpos de fuego que se ahogan irremediablemente
En la propia corriente sanguínea, cálida o fría?

¿Penetrar en oscuras columnas de humo
Con la entereza de la flor bajo la guillotina?

¿Cubrirse las heridas con mantas de agua en ascuas
O con una canción multiplicada al infinito?

¿Devorar espinas suaves como la caricia primera,
Irresistibles como el sollozo del moribundo?

¿Arriesgarse por la cuerda floja que sostiene
Luz y tiniebla, el leve temblor de lo que va creándose,
El ronco crepitar de lo extinto sin remedio?

¿Tratar de detener con lanzas de fuego
La huida del minuto, insaciable celoso,
Girando y perdiéndose al azar,
Caracola absorbida por la tempestad de arena?

¿Estrangularse con el primer grito de júbilo
Y palpar nada esparcida por doquiera?

Todo podría servir de término de comparación,
Justificable nada más que como puro engaño.

Pero, ¿qué sería recuperable si antes no fue
Sacudido, renegado, desdicho, trasfigurado?

 

 

 

 

POEMA INÚTIL

 

Empeño manco este esforzarse en juntar palabras
Que no se parecen ni a la cascada ni al remanso,
Que menos trasmiten el ajetreo del vivir.

Tal vez consiguen una máscara informe,
Sonriente complacida a todo hálito de dolor,
Inerte al desgarramiento de la pasión.

Con frases en tropel no llegan a simular
Victorias jubilosas de la sangre
O la quietud del agua sobre el suicida.

Nada dicen tampoco de la danza de amor y odio,
Alborotada, aplacada, extinta,
Ni del sueño que se ahoga, arrastrado
Por marejadas de sospecha y olvido.

Qué será el poema sino un espejo de feria,
Un espejismo lunar, una cáscara desmenuzable,
La torre falsa más triste y despreciable.

Se consume en el fuego de su impaciencia
Para dejar vestigios de silencio como única nostalgia,
Y un rubor de inexistente no exento de culpa.

Qué será el poema sino castillo derrumbado antes de erigido,
Inocua obra de escribano o poetastro diligente,
Una sombra que no se atreve a aniquilarse a sí misma.

Si al menos el sol, incorrupto e insaciable,
Pudiera animarlo a la vida,
Como cuando se oculta tras un rostro humano,
Los ojos abiertos y ciegos para siempre.

 

 

 

 

VOCACIÓN DE MÁRTIR

 

Aspirar a convertirse en esa hojarasca que arde en las
pupilas doradas de ciertas mulatas.

 

 

 

 

ERROR DE CÁLCULO

 

El mar se ha deslizado en el poema como en su cueva y
refugio natural sin tener en cuenta la diferencia de proporcio-
nes. Cuando cedan las costuras bajo el peso, ¿adónde irá a
desaguar todo el azulverde acumulado?

 

 

 

 

FRUTO PODRIDO

 

Refulgía durazno negro retinto en medio de cesta de
frutas vulgarmente carnosas y coloreadas. Los visos de su pe-
lusa hacían chasquear de placer la lengua en anticipo. ¿Qué
impedimento para hincar el diente en tan suculento como
mortal regalo?

 

 

 

 

TUMBA GRANDE

 

El tren se ha detenido en el silencio opaco y sin ecos
de la noche anónima. Es la llegada a término no se
reanudarán ya más ni agitación ni bullicio ni carcoma.

 

 

 

 

DERROTA

 

Escritos necios de caminante extraviado e indeciso por
desierto o manglar u otra comarca de dentro o de fuera sobre
la cual no cae ni por acaso sombra o artificio de revelación
ninguna.

 

 

 

 

FRACTURA

 

Empujar un poco mañosamente en el punto justo hasta
abrir el espacio palanquear luego con constancia para obtener
una apertura mayor suficiente para liberarse y abandonar el
espacio.

 

 

 

 

LO PROPIO ACASO DEL POETA

 

Pone el hombro para que el peso muerto del sueño no
agriete y traiga abajo abultada y divagante nave cósmica
incierta entre más lleno y más hueco — realidad ligera y tierna
por irremendable.

 

 

 

 

DE INCÓGNITO

 

Se tropieza uno al voltear la esquina con imponente
arboladura de navío penetrando pesada lentamente en ruido-
sas calles congestionadas hemipléjicas. El poniente tiñe de púr-
pura telas restallantes sobre cubierta desierta. Guiña los ojos
la gente distraída y no advierte cómo la Noche enjoyada y
maligna se está adueñando de la ciudad para siempre
.

 

 

 

 

  • Nota bibliográfica

Todos los poemas extraídos de: "Belleza de una espada clavada en la lengua. Poemas 1930-1986" (Ediciones Rikchay, Lima, 1986). Páginas sin numerar. Según su "Noticia sobre la publicación primera en libro", se detalla el nombre del poemario del que proceden y los datos de la edición original:

Una cabeza humana viene... ["Las ínsulas extrañas", Compañía de Impresiones y Publicidad, Lima, 1933]
No es válida esta sombra [id.]
Entre surtidores empinados... ["Abolición de la muerte", Ediciones Perú Actual, Lima, 1935]
Has venido a posarte... [id.]
Te he seguido... [id.]
He dejado descansar... [id.]
Mundo mágico ["Belleza de una espada clavada en la lengua", Poemas 1930-1978, F.C.E., México, 1980]
César Moro [id.]
Ciudad escondida... [id.]
El amor ha cambiado... [id.]
Términos de comparación [id.]
Poema inútil [id.]
Vocación de mártir ["Máximas y mínimas de sapiencia pedestre", Lisboa, 1982].
Error de cálculo [id.]
Fruto podrido ["Nueva serie", Lisboa, 1984]
Tumba grande [id.]
Derrota [id.]
Fractura [id.]
Lo propio acaso del poeta [id.]
De incógnito [id.]

 

 

 

cravan_editores@contranatura.org

Edición electrónica de Cravan Editores, realizada con fines de divulgación cultural. Todos los derechos se mantienen, reservados o libres, según las ediciones originales.