Tres poemas de Kenneth Patchen, extraídos de la breve antología publicada en la sección de literaturas de contranatura.org — La fuente original es la más amplia antología publicada por la UNAM. Las versiones en castellano son de Alberto Blanco.
ACEPTEMOS LA LOCURA
Aceptemos la locura abiertamente, hombres
De mi generación. Sigamos
Los pasos de esta edad destrozada:
Mirémosla cruzar la tierra opaca del Tiempo
Hacia la casa cerrada de la eternidad
Con el ruido que la muerte tiene,
Con el rostro de las cosas muertas y que no se diga:
Que queríamos más; buscamos para encontrar
Una puerta abierta, una hazaña absoluta del amor
Que transformara la aciaga oscuridad del día;
pero
Encontramos infierno y niebla
Sobre la tierra, y en nosotros mismos
Un pantano descompuesto de tumbas descomunales.
EL LOBO DEL INVIERNO
El lobo del invierno
Devora caminos y pueblos
En su hambre de hielo.
El lobo del invierno
Mete la pata en la olla rancia de la ciudad
Agitando la sopa de putas y suicidas.
Oh el lobo del invierno
Rompe los huesos del pobre
En su caverna congelada.
El lobo del invierno…
El torvo, el frío, el blanco
El bello lobo del invierno
Que se alimenta de nuestro mundo.
GAUTAMA EN EL PARQUE DE LOS VENADOS EN BENARÉS
En una choza de lodo y fuego
Está sentado este hombre —“No desear
Dinero, una vida en el mundo,
No querer adornos en mi nombre”—
Y era rico; su vida vive allí
Donde la muerte no puede llegar; su honor
Clava la vista en el sol.
El ciervo duerme. Los vientos ligeros
Rizan la verde cabellera de la tierra. Es
Maravilloso vivir. Mi sable se oxida
En la plácida lluvia. No debo pensar
Más. Toco el rostro de mi amigo;
Me muestra los dientes sucios mientras se rasca
Una pulga —y sonreímos. Hace calor
Y el arroz se agita en nuestros vientres
Con provecho.
El ciervo levanta la cabeza —el sol inunda
Sus ojos suaves con los reinos de la vida—
Creo que todos debemos irnos a dormir ya,
Y no preocuparnos más.
— Kenneth Patchen
Traducción de Alberto Blanco
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