Sobre las tiranías bondadosas

Ilustración de Luca D’Urbino en The Economist, 26 de marzo de 2020.

“De todas las tiranías, una tiranía sinceramente ejercitada por el bienestar de sus víctimas podría ser la más opresiva. Sería mejor vivir bajo magnates ladrones que bajo entrometidos moralistas omnipotentes. La crueldad del magnate ladrón puede a veces descansar, su codicia puede en algún punto ser saciada; pero aquellos que nos atormentan por nuestro propio bien nos atormentarán sin tregua porque lo hacen con la aprobación de su propia conciencia. Podrían muy probablemente ir al Cielo pero al mismo tiempo lo más probable es que conviertan a la tierra en un Infierno. Su misma bondad punza como un intolerable insulto. Ser ‘curado’ contra la propia voluntad y curado de estados que podríamos no considerar una enfermedad es ser puesto al nivel de aquellos que no han alcanzado aún la edad de la razón o de aquellos que nunca la alcanzarán; es ser clasificado con los infantes, los imbéciles y los animales domésticos.”

C.S. Lewis, Dios en el banquillo – Ensayos sobre teología y ética
(1970)

Traducido por contranatura.org
English version in page 2

“Nada puede justificar esta destrucción de la vida de la gente”

Ciudadanos afectados por la cuarentena, en el distrito de Tambogrande, Piura, norte del Perú, en la madrugada del 27 de abril de 2020, esperando afuera de una agencia bancaria con la esperanza de cobrar un bono del gobierno. (Fuente: El Regional de Piura)

El 22 de mayo de 2020, Yoram Lass, médico e investigador científico, ex director general del Ministerio de Salud de Israel, fue entrevistado por Fraser Myers para la revista Spiked, sobre la pandemia del COVID-19. La traducción es de contranatura.org

Spiked: Usted ha descrito la respuesta global al coronavirus como histeria. ¿Puede explicarlo?

Yoram Lass: Es la primera epidemia en la historia que es acompañada por otra epidemia: el virus de las redes sociales. Este nuevo medio ha lavado el cerebro de poblaciones enteras. El resultado es miedo y ansiedad, y la incapacidad de observar datos reales. Y así tienes todos los ingredientes para una histeria monstruosa.

Es lo que se conoce en ciencia como retroalimentación positiva, o efecto de bola de nieve. El gobierno teme a sus electores. Por lo tanto, implementa medidas draconianas. Los electores ven las medidas draconianas y se vuelven incluso más histéricos. Se alimentan mutuamente y la bola de nieve crece y crece hasta llegar a territorio irracional. Esta no es más que una epidemia de gripe, si te importa ver los números y los hechos, pero la gente en estado de ansiedad es ciega. Si yo estuviese tomando decisiones, intentaría darle a las personas los números verdaderos. Y jamás destruiría a mi país.

¿Qué nos dicen los números, según lo ve?

La tasa de mortalidad atribuida al coronavirus es falsa. La mayoría de gente no está muriendo del coronavirus. La causa de muerte está siendo cambiada en el registro. Si los pacientes murieron de leucemia, de cáncer metastásico, de enfermedad cardiovascular o Alzheimer, ellos ponen coronavirus.(1) Además, el número de personas infectadas es falaz, porque depende del número de pruebas. Cuanto más pruebas haces más personas infectadas obtienes.

El único número que importa es el número total de muertes, por todas las causas, no solamente coronavirus. Si miras esos números verás que cada invierno tenemos lo que se llama un exceso de mortalidad. Es decir, durante el invierno más gente muere comparada con el promedio, debido a la temporada regular de epidemias de gripe, de las que nadie se preocupa. Si miras la ola del coronavirus en un gráfico, verás que se ve como un salto. El coronavirus viene muy rápido, pero se va también muy rápido. La ola de la influenza es más pequeña porque toma tres meses en pasar. Si cuentas el número de personas fallecidas en términos de exceso de mortalidad —que es el área bajo la curva— verás que durante la temporada del coronavirus hemos tenido un exceso de mortalidad que es aproximadamente 15% más grande que la epidemia de gripe normal en 2017.

Comparado con ese incremento, las medidas draconianas son de proporciones bíblicas. Cientos de millones de personas están sufriendo. En los países en vías de desarrollo muchos morirán de hambre. En los países desarrollados muchos morirán por el desempleo. El desempleo es mortalidad. Más personas morirán por las medidas adoptadas que por el virus. Y las personas que mueren por las medidas son los proveedores de los hogares. Son más jóvenes. Entre la gente que muere por el coronavirus, la edad promedio es a menudo más alta que la esperanza de vida de la población. Lo que se ha hecho no es proporcionado. Pero la gente tiene miedo, les han lavado el cerebro. No prestan atención a los hechos. Y eso incluye a los gobiernos.

¿Las cuarentenas tienen algún efecto positivo en la seguridad de las personas?

Cualquier experto razonable —esto es, cualquiera menos el Profesor Ferguson del Imperial College que habría encerrado a todos cuando tuvimos la gripe porcina— te dirá que la cuarentena no puede cambiar el número final de personas infectadas. Sólo puede cambiar la tasa de infección. Y la gente argumenta que cambiando la tasa de infección y “aplanando la curva”, hemos evitado el colapso de los hospitales. Te he mostrado los costos de la cuarentena, pero estos fueron los argumentos en favor de ella. Pero mira a Suecia. Sin cuarentena y sin colapso de hopitales. El argumento en favor de la cuarentena colapsa.

¿Por qué algunos países han sufrido mucho más que otros por el COVID-19?

Por ejemplo, puedes comparar Italia con Israel. En Medio Oriente, este virus realmente no está funcionando. Hay dos razones. Una es que hay una población muy joven, y la otra es el clima diferente. En la latitud de 50 grados, donde está Europa, y 40, que es el noreste de Estados Unidos, el virus es mucho más viable. Italia tiene la población más vieja del mundo, con excepción de Japón. Los italianos son también intensos fumadores y personas muy sociables, siempre abrazando y besando. Si miras los números, en 2017 murieron 25 mil italianos por complicaciones de la gripe. Ahora tienes alrededor de 30 mil muriendo por el coronavirus. Así que es un número comparable. No deberías arruinar un país por números comparables.

¿Cómo ha sido en Israel?

En Israel, tenemos dos capas de miedo. La histeria es similar a la del resto del mundo. Sin embargo, tenemos un primer ministro que ha sido resucitado por el coronavirus, añadiendo otra capa de miedo. No creo que exista otro primer ministro que haya hablado acerca del coronavirus en términos de la Peste Negra medieval, el Holocausto y el Fin de la Humanidad. ¿Boris Johnson ha mencionado a la Peste Negra? No lo creo. Esta es la situación especial en Israel.

¿Cómo se compara el coronavirus con pandemias pasadas?

Si miras en los años 50, tuvimos la gripe asiática. En los 60, hubo la gripe de Hong Kong. Estas fueron peores que esta pandemia. También, mira la historia de la gripe porcina en 2009, que empezó exactamente igual que el coronavirus. Un nuevo virus se originó en México. No había vacuna y causaba mucho temor. Se esparció por todo el mundo. Infectó a mil millones de personas. Un cuarto de millón de personas murieron. Pero no hubo cuarentena, Ferguson, nada; la gente estaba más interesada en la crisis económica que golpeó un año antes en 2008. No tuvieron tiempo de darle atención a esta tontería.

¿Terminará pronto la pandemia?

El virus, como el virus de la influenza, se está despidiendo de Europa occidental, con seguridad. Lo mismo en Medio Oriente. En Estados Unidos, no lo sabemos todavía, deberíamos hablar dentro de un mes. Pero nada puede justificar esta destrucción de la vida de la gente. Es increíble.


(1) A mediados de marzo de 2020, el profesor Walter Ricciardi, asesor científico del Ministro de Salud de Italia, reportó que "en una reevaluación del Instituto Nacional de Salud, solamente el 12% de los certificados de defunción mostraban una relación directa con el coronavirus". La edad promedio de los fallecidos era 79.5 años. Así lo consigna un informe del Centro para una Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad de Oxford. (N. del T.)

“Esta cuarentena está haciendo un daño enorme”

El 17 de mayo de 2020, la BBC realizó una breve entrevista a Jonathan Sumption, ex Juez de la Corte Suprema de Justicia del Reino Unido, quien criticó desde el comienzo la estrategia de una cuarentena general para enfrentar la pandemia del COVID-19. Aquí la transcripción, traducida por contranatura.org

Estamos con el ex Juez de la Corte Suprema de Justicia, Lord Sumption, quien hoy(1)ha escrito un artículo en el Sunday Times sobre la cuarentena y la estrategia del gobierno de reducir las restricciones. Bienvenido, Lord Sumption.

Buenas tardes.

Su artículo hoy calificó de tímidos a los ministros por la estrategia de apertura que están tomando. ¿Por qué?

Porque me parece que no existe un propósito real en continuar con la cuarentena, más allá de evitar las críticas del público. Uno entiende por qué los políticos no quieren ser criticados pero es la marca de un estadista estar preparado para mantener firmeza por el interés nacional y no simplemente salir corriendo ante la opinión pública, especialmente cuando, en un sentido, tú mismo has creado esa opinión pública al aterrorizar los días de las personas durante las últimas ocho semanas tratando de persuadirlos de que esta es una epidemia mucho más virulenta de lo que en realidad es.

La actual lógica de la cuarentena es incoherente. Digo esto porque la lógica anterior era que debías esparcir las infecciones sobre un período más largo y así permitir que los hospitales se den abasto. Por eso había ese eslógan “Protejan al SNS”. Bueno, han eliminado esa parte del eslógan y lo han hecho por buenas razones que fueron explicadas en el documento publicado el lunes. Actualmente el Sistema Nacional de Salud ha más que duplicado sus unidades de cuidados intensivos. Es un logro impresionante del gobierno pero necesitan seguir la lógica de ello.(2)

El hecho crucial es que su documento acepta que el COVID-19 estará con nosotros por largo tiempo. Ese es el más probable desenlace y es consistente con la ciencia; una vez que un virus se ha asentado en una población simplemente no desaparece hasta que suficientes personas se han expuesto a la enfermedad para adquirir inmunidad, o hasta que una vacuna aparece. Así es que, cuando la cuarentena termine, sea cuando sea, el virus aún estará allí esperando por nosotros.

De hecho, y entonces, justo al inicio de esta entrevista, cuando dijo que hay una falta de propósito, el propósito ahora mismo para el gobierno es mantener baja la tasa de infección para que el sistema de salud pueda darse abasto, y estamos en un punto en que para fines de abril hubo un exceso de mortalidad de 50 mil casos de los cuales 36 mil fueron directamente relacionados al COVID-19, es un poco difícil(3)saber cuál fue la causa de los otros casos pero la evidencia es clara, ¿no? Este virus ha tenido un terrible impacto en la población.

No, la evidencia no es clara en ese sentido. Más del 90% de los casos son casos en los cuales el certificado de defunción muestra múltiples causas de muerte y el coronavirus fue sólo una de ellas. Este es un virus que ataca a personas con muy serias y preexistentes vulnerabilidades, y eso es consistente con todo el análisis estadístico, y particularmente…

Pero no hubiesen muerto necesariamente ahora, ¿no? Hubieran podido vivir por muchos años.

No, no por muchos años, es decir, casi todas estas personas son muy mayores y padeciendo muy serias enfermedades, suficientemente serias para ser mencionadas como causa de muerte en los certificados. La abrumadora mayoría de ellos hubiera muerto un poco después pero no mucho después, de todas maneras.

Entonces qué propone ahora, ha dicho que el enfoque actual de apertura es tímido y que carece de propósito. ¿Qué estrategia le gustaría ver?

Lo que ahora propongo es que la cuarentena debe ser totalmente voluntaria. Depende de nosotros, no del Estado, decidir qué riesgos vamos a correr con nuestros propios cuerpos. Ahora, la respuesta clásica que la gente da es que saliendo a las calles y a las tiendas y a otras cosas vas a infectar a otras personas, pero tú no tienes que tomar ese riesgo, puedes voluntariamente confinarte, no tienes que salir a las calles, no tienes que salir a las tiendas, la gente que se siente vulnerable puede autoconfinarse y el resto de nosotros puede entonces seguir adelante con sus vidas.

Nunca hemos vivido en un mundo libre de riesgos, y nunca viviremos en un mundo libre de riesgos. Vamos a tener que vivir con el COVID-19 porque va a estar alrededor por un largo tiempo hasta que alguien encuentre y pruebe con éxito una vacuna.

Entonces qué opción tomaría usted, en este sistema enteramente voluntario que propone, qué opción tomaría para usted mismo y para los miembros de su familia.

Bueno, yo tomo mis decisiones y otros miembros de mi familia tomarán las suyas. Pero mi decisión sería vivir una vida perfectamente normal. Si los pubs estuviesen abiertos ahora, iría a un pub lleno de gente sin ninguna duda, si los cines estuviesen abiertos iría sin dudarlo, porque esta es…, para una abrumadora mayoría de gente sin enfermedades serias preexistentes, esta es una epidemia muy leve.

En los documentos publicados por la Oficina del Gabinete evaluando el riesgo nacional hicieron una lista con todas las pandemias desde 1918, y la mortalidad de la actual pandemia está abajo, al final, debajo de todas las otras, y yo tomaría muy contento ese riesgo, absolutamente.

Imaginemos que usted fuese portador del virus, que fuese asintomático, y que siguiera haciendo su vida normal, y fuese al cine y se sentara al lado de alguien que se contagie el virus de usted y muera, ¿pensaría que es parte del riesgo cotidiano, y que está bien para ellos tomarlo?

Bueno, depende de ellos si quieren tomar ese riesgo. Yo estaría corriendo el riesgo de contagiarme el virus, si ellos fuesen asintomáticos. Y yo estoy preparado para correr ese riesgo. Ellos no tienen por qué ir al cine; si no están preparados a correr ese riesgo, presumiblemente no irían. Tenemos derecho a correr riesgos con nuestras propias vidas, especialmente cuando, básicamente, la vida sólo es valiosa si estás preparado para involucrarte en actividades sociales que inevitablemente conllevan un riesgo. Eso es parte de la vida.

¿Ha cumplido con las reglas de la cuarentena?

Sí.

¿Completamente?

Sí.

A regañadientes, parece.

Bueno, desapruebo la cuarentena, llámelo a regañadientes si quiere, pero acato la ley porque no deseo poner un arma en las manos de gente como usted.

(Se ríe, titubea) Quiero decir, estoy realmente interesada en cómo se compara lo que usted propone con la manera en que ha vivido su vida en estas últimas semanas. Pero me pregunto si usted piensa que cualquiera podría hacer…

Escuche, he sido un vocero público de un particular punto de vista, y no voy a socavar mi propia posición ignorando la ley.

Sólo me pregunto si piensa que en un sistema enteramente voluntario, la gente tomaría decisiones sensatas. El Primer Ministro ha puesto énfasis en el buen juicio del pueblo británico, pero ¿usted piensa que somos una sociedad que puede tomar decisiones sensatas como individuos y al mismo tiempo proteger la salud pública como un todo?

Sí, por supuesto que lo somos. Somos adultos, somos una sociedad sofisticada, e indudablemente habrá algunos que no tomen decisiones sensatas, pero no puedes recluir a toda la población simplemente porque una pequeña minoría no es muy sensata con su propia seguridad.

¿Entonces qué le diría a la gente que ha protestado contra la cuarentena en sitios como Hyde Park, en Londres?

Pienso que si se oponían a la cuarentena, tengo algo de simpatía por ellos. Esta cuarentena está destruyendo el sustento de muchos en una escala masiva. Está haciendo un daño enorme y según lo veo nunca ha valido la pena imponerla, según los nada impresionantes resultados que se le pueden atribuir directamente.

Lord Sumption, muchas gracias.


(1) El 17 de mayo de 2020, en The Sunday Times, con el título: Set us free from lockdown, ministers, and stop covering your backs (Libérennos de la cuarentena, ministros, y dejen de cubrirse las espaldas). (N. del T.)

(2) En cambio la lógica actual es, como señala Jonathan Sumption en el artículo arriba citado, "blindarnos del riesgo de contagio". Se impone así el paradigma de que "los humanos son un peligro biológico", en palabras de una ejecutiva de la industria de la Inteligencia Artificial. (N. del T.)

(3) En realidad no es tan difícil. Hay un exceso de mortalidad que no se puede atribuir a la enfermedad del COVID-19, sino al estado de pánico generado por ella y a la propia cuarentena. The Guardian ha informado que el 80% de personas fallecidas en sus casas desde el inicio de la pandemia no murieron por el COVID-19; y The Telegraph, en un artículo titulado "No podemos seguir ignorando el exceso de muertes causado por la cuarentena", señaló un descenso del 23% en el número de personas acudiendo a las emergencias de los hospitales. Un informe del British Medical Journal aseveró, el 13 de mayo, que sólo un tercio del exceso de muertes fuera del sistema hospitalario en Inglaterra y Gales puede ser explicado por el COVID-19. (N. del T.)

Yendo al colegio para recoger a mi hija

Carmen Ollé y Enrique Verástegui, con su hija Vanessa.

Un poema de Enrique Verástegui, extraído de Angelus Novus (Tomo II, p. 318), coeditado por Ediciones Antares y Lluvia Editores en Lima, 1990.

YENDO AL COLEGIO PARA RECOGER A MI HIJA

(Para Vanessa)

Un sauce con ramas tercamente delicadas
sostiene un lánguido follaje verde pálido destrozándose
……….. como ligera llovizna de flores que se curvan
sobre el auto que pasa lentamente perdido en la mañana.
Una pequeña fábrica arroja desperdicios sobre la vereda soli-
……….. taria.
Flores celestes se incrustan al follaje verde adhiriéndose
……….. pensativo en la pared rosada.
Sobre una vereda contemplo transitar a la gente bellamente a-
……….. purada.

Abro un libro donde el auto que pasa lentamente intranquilo
……….. se dirige hacia su perdición.

Mi hija aún no se aparece pero allí está, esperándome, en el
……….. colegio.
Un chillido de pequeños jilgueros traviesos
atruenan los jardines de la entrada.
Un tormentoso río de cemento grisáceo nos separa.
Estoy parado en una esquina con una flor que señala el libro
……….. donde el auto busca una dirección inservible.
Paredes intensamente violetas con dinteles de yeso blanco,
las ventanas ojivales o cuadradas se mecen en el ramaje de
……….. árboles crecidos como un sueño.
A izquierda y derecha una avenida con árboles oscuros.
Al frente del colegio que abre sus verjas -cruzando la calle-
……….. el sauce aún curvándose
sobre el auto que pasa para recoger los productos de la
……….. fábrica.
Cierro el libro y me acerco al colegio,
mi hija apretándome la mano vuelve a casa ahora conmigo.

— Enrique Verástegui

Come en casa Borges

Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares en la librería La Ciudad (Buenos Aires, 1979). (rialta-ed.com)

En edición cuidada por Daniel Martino, Destino publicó en 2006 un tomo de 1700 páginas simplemente titulado “Borges”: el diario escrito por Adolfo Bioy Casares durante cuatro décadas, registrando las conversaciones que mantuvo con su amigo y cómplice literario. “Come en casa Borges” es una frase que se repite a lo largo de las páginas, abriendo el apunte de muchos días, y dando cuenta de una época en que los amigos se visitaban. Aquí tres fragmentos.

Sábado, 18 de diciembre de 1954

Un oculista dijo a Borges que advierte debilidad en la retina del ojo que ve. Si esa retina se desprendiera, Borges quedaría ciego. Con las úlceras y con esta amenaza, el pobre Borges está pasando un mal período. Recuerda los consejos de un peluquero Trientino, de la calle 25 de Mayo: “Para la úlcera lo principal: usted se prende de la leche como si fuera Rómulo y Remo. Las inyecciones no sirven para nada porque usted no va a tirar la plata en farmacia y más bien lo manda al facultativo a la puta que lo parió. En vez, compre en el Paseo de Julio una faja de campesino que le dé muchas vueltas y tiene caliente la panza. De vez en cuando, su cafecito, una raviolada, una copa, porque usted no tiene por qué ser el esclavo de los hijos de puta”.

Sábado, 1° de enero de 1955

Borges me cuenta que Margarita Bunge le dijo: “Usted tiene que pensar que si pierde el ojo, pierde muy poco. Lo importante es usted, no su ojo”. BORGES: “Qué falta de imaginación. O qué fe en el pensamiento. Bueno, los estoicos parecen creer lo mismo. Dicen: ‘El hombre virtuoso es feliz y no se preocupará de lo que le pasa’. O tal vez todo eso equivalga a decir que mientras uno piensa en una cosa no puede pensar en otra; que mientras uno piensa en una de esas frases, no puede pensar en su desgracia. Lo mismo sería decir: Babebibobu. En Alice in Wonderland hay un personaje que dice: ‘piense que está sentado, piense que tiene piernas, que tiene cuerpo, y no pensará: soy desdichado‘”.

Jueves, 28 de abril de 1955

Come en casa Borges. Me trae los dos tomos de los Gauchescos, que aparecieron en México, y un ejemplar de Marcha de Montevideo, con una crítica muy elogiosa de Rodríguez Monegal, sobre El sueño de los héroes. Me habla de mi libro: “Ahora que the cat is out of the bag, ¿sabes lo que dijo Margarita Bunge? Bueno, me preguntó si yo creía que la vida de esos muchachos, Gauna, Maidana, etcétera, que pasaban tres noches emborrachándose por Villa Urquiza, Flores y el Bañado de Flores, era una vida sana”. Comentamos el extraño requisito de una vida sana para los personajes de una novela. Cuenta que Margarita, a su vez, está escribiendo una novela y que, según ella, hace muchas concesiones: “Habrá comprendido que sin concesiones no hay novelas. Imagínate esos personajes que se levantan temprano, engullen una sopa de Quacker, hacen gimnasia, no cometen imprudencias, se acuestan a las diez…”.

— Adolfo Bioy Casares
Borges (Destino, 2006)