Matapiojos

Lo que el agua me dio (detalle) | Frida Kahlo (1938)
Lo que el agua me dio (1938) (detalle) | Frida Kahlo

Tres poemas de Elvira Hernández, extraídos de Los trabajos y los días. Antología. Edición y selección de Vicente Undurraga (Lumen, Santiago de Chile, 2016).

MATAPIOJOS

Nada queda de las libélulas
que tapizaron los parabrisas
en los años sesenta.
Los insecticidas les dieron
el toque final.

Las han reemplazado estas maquinillas
con aspas que mapean desde la altura
cómo fumigarnos como a piojos.

ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

Así van las cosas.
Suman y se hacinan.
Rezuman.

Es tiempo de moscas cucarachas virus.

Tendré que forzar la puerta
las hojas
la tinta mental
y que puedan entrar los ángeles.

RESTOS

¿Encontraremos los pelos de la vergüenza
las escamas óseas de una verdad agrietada
la vértebra de nuestra historia?

¿Estará en algún lugar del territorio
la mano de la justicia o solo seremos pasto
y gente que escobilla sus trajes?

¿Algo de valientes plaquetas quedará
en la sangre fresca —algunas palabras—
O solo seremos pala de sepultureros?

Los niños corren en busca del Tesoro Escondido
de su Pasado.
……………………….. ¿Los detendremos?

………………………………………………………… Sí.
Los arrojaron al mar
Y no cayeron al mar
Cayeron sobre nosotros.

(marzo del 2001)

Elvira Hernández

Notas:
* En el antepenúltimo verso del primer poema, dice el texto original: “Las han reemplazados…”. Corregimos esta presunta errata.
* Los dos primeros poemas figuran en las páginas 255 y 269 de la antología publicada por Lumen, correspondientes al poemario Pájaros desde mi ventana (2012-2016).
* El tercer poema figura en la página 190, correspondiente al libro Actas Urbe (2000-2008), y tiene la siguiente nota al pie: “Este poema no logró llegar a la contratapa de la revista Rocinante a pesar de los esfuerzos de Virginia Vidal. Originalmente se llamó ‘Poema sin nombre’.”

El torbellino de la locura

The Flying Dutchman aka The Ghost Ship (c. 1896) | El holandés errante o El barco fantasma | Albert Pinkham Ryder

Tres poemas de Edith Södergran escritos entre 1918 y 1920, extraídos de Poesía Completa, Biblioteca Abraham Valdelomar, Huacachina, 2012. La traducción del sueco es de Renato Sandoval Bacigalupo.

EL TORBELLINO DE LA LOCURA

Libra a tu barca de las corrientes sobrehumanas,
del abismo turbulento de la locura —
libra a tu barca de las olas exultantes de la ruina,
pues hacen pedazos.
Ponte en guardia —ya no se trata de ti—
vida y muerte son una sola ante el frenético goce del poder,
aquí no hay “despacio”, “con cuidado”, “trata”.
Manos más fuertes aferran el remo al instante.
Y allí tú mismo te yergues, héroe de sangre restaurada.
Encantado en la calma, hoguera de gozo en espejeante hielo,
como si para ti el mensaje de la muerte no estuviera escrito:
olas benditas impulsan tu quilla hacia adelante.

(1918)

A LOS FUERTES

¡Huyan de la soledad! ¡Sean hombres!
No sean enanos de miembros contrahechos.
Ni prisioneros de dientes apretados,
Ni águilas enfermas en ligaduras y cadenas.
Aprendan a erguirse como pinos de arrecife en el fuego
……….. de los rompientes.
Aprendan a seguir la ley no escrita de los astros.
Santos y héroes, dúctiles cuerpos, crezcan hasta ser los
………. .pilares del templo de la verdad.
Aprendan a alzarse como olas en la tormenta.
Tiendan la mano a sus hermanos, el mundo será otro.
Los dolorosos días de otoño se habrán ido para siempre.

SOLEDAD

Tan pocos hay entre las arenas del mar que lo comprendan.
Sola vine, sola me iré.
Mi corazón libre no tiene hermano.
Los fantasmas cristianos sentados están en cada corazón
……….. extendiendo sus manos de pobreza.
La dulzura que hacia mí fluye de todas partes es inacce-
……….. sible para ustedes.
Es la maravillosa soledad del trono,
es la riqueza, la riqueza que dobla las rodillas.

Edith Södergran
Traducción de Renato Sandoval Bacigalupo

Los marineros adoran un buen día de sol

Extraño fotograma de la película "Zítra vstanu a oparím se cajem" (Jindrich Polák, 1977)
Fotograma de la película checoslovaca de comedia y ciencia-ficción titulada “Mañana despertaré y me quemaré con el té”, dirigida por Jindrich Polák en 1977.

Un poema inédito de Carlos Mayhua Terreros, escrito en Lima el 17 de mayo de 2020, luego de escuchar y traducir una canción de Didier Le Blanc.

LOS MARINEROS ADORAN UN BUEN DÍA DE SOL

Los marineros adoran un buen día de sol
Cuando el vértigo de la marea se deshace
En los cuerpos cocidos en el sudor
Y las manos callosas en las gruesas sogas mojadas
Tientan al viento dormido en las velas calmadas
En las noches se ahogan en un barril lleno de ron
Se escurren luego a soñar en un cofre herrumbrado
Y se secan con puñados de sal como lonjas
De jabalíes sembrados en islotes desiertos
Y al alba se arrojan al mar crepitante
Desde los más frágiles mástiles
O desde el talle de la sirena tallada a babor
A la vista todo el azul de la imaginación
Los marineros adoran un buen día de sol

Carlos Mayhua Terreros
17 de mayo de 2020

“Esta anomalía debe parar”

La policía griega reprime la manifestación realizada el 17 de noviembre de 2020 en conmemoración de la matanza de estudiantes en la Universidad Politécnica de Atenas, perpetrada por la junta militar el 17 de noviembre de 1973.

Este es el breve pronunciamiento del poeta Yorgos Seferis emitido el 28 de marzo de 1969 por el servicio mundial de la BBC. Fue publicado y comentado por Philippe Theophanidis en aphelis.net. La traducción al castellano es de Carlos Mayhua Terreros para contranatura.org.

“Hace largo tiempo tomé la decisión de mantenerme fuera de la política de mi país. Como intenté explicar en otra ocasión, esto no significaba en absoluto que fuera indiferente a nuestra vida política.

Desde entonces me he abstenido como regla, hasta el día de hoy, de tocar asuntos de ese tipo. Es más, todo lo que he publicado hasta inicios de 1967 y mi actuación posterior (no he publicado nada en griego desde que la libertad fue amordazada) ha mostrado clara y suficientemente ―así lo creo― mi postura.

Sin embargo, desde hace meses he sentido, dentro de mí y a mi alrededor, con intensidad creciente, la obligación de hablar acerca de nuestra actual situación. Con toda la brevedad posible, esto es lo que tengo que decir:

Han pasado ya casi dos años desde que nos ha sido impuesto un régimen que es totalmente perjudicial a los ideales por los que nuestro mundo ―y nuestro pueblo tan resplandecientemente― peleó durante la última guerra mundial.

Es un estado de sopor obligatorio en el cual todos los valores intelectuales que tuvimos éxito en mantener vivos, con agonía y trabajo, están a punto de hundirse en pantanosas y estancadas aguas. No sería difícil para mí comprender cómo un daño de este tipo no resultaría gran cosa para ciertas personas.

Cualquiera ha aprendido y sabe a estas alturas que en el caso de los regímenes dictatoriales el comienzo parece fácil, pero la tragedia espera, inevitablemente, en el final. El drama de este final nos atormenta, consciente o inconscientemente ―como en los coros inmemoriales de Esquilo. Cuanto más tiempo permanece la anomalía, más crece la maldad.

Soy un hombre sin ninguna filiación política, y puedo por lo tanto hablar sin miedo ni pasión. Veo delante de mí el abismo hacia el cual nos conduce la opresión que ha envuelto el país. Esta anomalía debe parar. Es un imperativo nacional.

Ahora retorno al silencio. Ruego a Dios que no imponga sobre mí una necesidad similar de hablar otra vez.”

Crónica de la Biblioteca de la Universidad de Princeton, vol. 58, no. 3, 1996-1997, p. 591: “Este es el pronunciamiento de Yorgos Seferis denunciando el régimen de los Coroneles. La traducción inglesa de Edmund Keeley está basada en una copia en papel carbón del original, en los Documentos selectos de Yorgos Seferis, División de manuscritos, libros raros y colecciones especiales, Biblioteca de la Universidad de Princeton”.


Comentario de Philippe Theophanidis:

El 21 de abril de 1967 hubo un golpe de estado en Grecia liderado por coroneles. Derrocaron al gobierno interino y cancelaron las elecciones generales programadas para el 28 de mayo del mismo año. Esta dictadura militar derechista duró siete largos años, desde 1967 a 1974. Llegó a ser conocida como “El régimen de los Coroneles”, “La Junta” o alternativamente “El Septenio”.

Yorgos Seferis (1900-1971) era en el momento uno de los más renombrados poetas griegos. Era también muy conocido internacionalmente desde que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1963. No era percibido como una figura política, pero la situación en Grecia era ciertamente insoportable para él. El 28 de marzo de 1969 rompió su silencio y, con la ayuda del Servicio Mundial de la BBC, propaló el breve pero estimulante mensaje arriba traducido. Su pronunciamiento fue reimpreso después por varios diarios en Atenas.

La urgente y firme conclusión de su mensaje ―”Esta anomalía debe parar”― podría ciertamente ser interpretada por algunos hoy en día como un programa válido para enfrentar nuevas crisis. De hecho, la palabra usada por Seferis ―η ανωμαλία, “la anomalía”― significa ‘desigual’, ‘irregular’. (…) La plutocracia que algunos ven como la raíz de la crisis de la deuda en Grecia o la diferencia en la riqueza entre el 1% y el 99% que está en el origen del movimiento ‘Ocupa Wall Street’ son, propiamente hablando, anomalías. (…)

Leer el artículo completo, en inglés, en aphelis.net.

Murallas

Estudio para un autorretrato (1964) | Francis Bacon

Dos poemas de Constantino Cavafis, escritos en 1896. Extraídos de Poesía completa (Alianza, 3a. ed., 1988). Las versiones en castellano son de Pedro Bádenas de la Peña.

Murallas

Sin miramiento, sin piedad, sin pudor
grandes y altas murallas en torno mío levantaron.
Y ahora estoy aquí sin esperanza.
No pienso sino que este destino devora mi razón;
porque fuera, mucho tenía yo que hacer.
¿Por qué, ay, no reparé cuando iban levantando la muralla?
Mas nunca oí el ruido ni la voz de sus autores.
Sin sentirlo, fuera del mundo me cercaron.

Olvido

Encerradas en un invernadero,
bajo los cristales, las flores olvidan
cómo es la luz del sol
y cómo sopla, al pasar, la húmeda brisa.

— Constantino Cavafis
Traducido por Pedro Bádenas de la Peña